Cruda realidad

Sonreír es necesario, fuente inspiradora de mis delicias, el carmín de tus labios alcoholizado hace que mi ceguera aumente ante tu mirada. Somos dos petalos marchitos que esperan su quinta primavera, somos el renacer del brillo de las estrellas tras una noche nublada. El mundo se vuelve oscuro, la palabra se debilita, la credibilidad se oscurece pero aquí nos encontramos y seguimos en nuestros trece. Si nos dicen que paremos, si nos dicen que silenciemos, más gritaremos en silencio.

Rompo la cuerda que ata las cuerdas del reloj a la esquina, no quiero que el viento avance más rapido que mis pies, entre las rendijas de mi ventana veo salir el sol, hoy hay una nueva esperanza, pues algo vuelve a brillar en mi corazón.

La pintura que contamina la realidad cada vez está más distorsionada, ya nada es blanco ni es negro, ni siquiera gris. Los ladrillos se apilan en una esquina, los ventanales de la vida necesitan una limpieza a fondo, pues ya nada traspasa, ya nada es transparente.

El ser humano ya no es humano, no se le trata como tal. El tiempo dara la razón, los sentimientos desaparecen, las esperanzas menguaran y los sueños serán únicamente mercancias hacia esos paraísos de muerte que integra la globalidad.

Sin embargo, siempre quedará el amor, siempre quedarán esas canciones, siempre quedará el encantado de haberte conocido, aún así, no olvideis nunca el cariño que os tengo simplemente por existir